Sus cuerpos se rozaban con delicadeza, pero existía esa excitación dentro de cada uno difícil de explicar. Necesitaban mas de ellos mismos, querían sentir y satisfacer sus cuerpos por primera vez. Una pregunta surgía en ambos ¿Hasta que punto sería capaz de llegar su amor?
Una habitación pequeña, rodeados de oscuridad solo se veían las cosas que se reflejaban a causa del brillo de la luna que penetraba por las largas cortinas. Pero luz era lo que menos necesitaban.
Envueltos en las sabanas de seda blanca devoraban sus bocas sin compasión, como si no hubiera mañana. Necesitaban tanto de cada uno, querían descubrir mas de ellos mismos.
Sus manos tocaban cada parte de sus cuerpos, sin dejar uno sin rozar, estaban experimentando sentimientos que nunca antes habían sentido, eran casi únicos.
Se encontraban hundidos en un mar de gemidos. La experiencia era lo que menos importaba, su amor se sentía en su alrededor, estaba presente, se sentía en el aire.
